viernes, octubre 06, 2006

Todo lo sólido se desvanece en el aire

Siempre me pasa lo mismo. Me enamoro inexplicablemente[1] de algunas frases apenas las escucho.
Me las apropio. Las rearmo desde un margen donde resuenan en mi cabeza. Ahí, danzan con los espíritus de las letras, organizando un caos periférico para luego asentarse y ser sublimes.
Ya había dicho Borges una vez[2] que un libro vale la pena aunque sea por una oración. Y si en Latinoamericana I aprendí que Berman Marshall escribió un libro sobre la modernidad que se llama “Todo lo sólido se desvancece en el aire”, vale la pena. Aunque nunca lea el libro entero, o al menos no por ahora, dado que según Google cuesta 150 pesos.
Es que apenas mencionaron que esa frase ya la había dicho Marx me dio ganas de volver a leer el Manifiesto comunista, porque parece que cuando lo leí pasé esa frase por alto.
Me impresiona cómo ciertas cosas te pueden provocar efectos distintos depende qué momento de tu vida transites.
Quizá ahora le hubiese prestado atención a la frase porque me siento sólida, y a la vez, siento que me desvanezco y que mis huellas son cada vez más débiles, casi casi como si fuera un holograma.
[1] Que palabra larga que es inexplicablemente.
[2] Epa, cité a Borges, lo q implica q me puedo ganar la enemistad de muchos; pero pienso: “Si Elsa Kalish puede nombrarlo, ¿Por qué yo no?

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

y citaste a la Kalish. No es cualquier cita de autoridad! epa epa!

10:45 a. m.  
Blogger L. said...

¨Me impresiona cómo ciertas cosas te pueden provocar efectos distintos depende qué momento de tu vida transites¨.
E´ la ley de la vida, el círculo del eterno retorno.
Sabrá ersonar mi poca lucidéz del día de la fecha, y enorme agradecimiento por el consejo dado en elblog mio.

8:16 p. m.  

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