“El otro día me reuní con mi editor.”

Es una frase que, suene o no pretenciosa, siempre quise decir.

Me acuerdo que en el primer post hablaba de un futuro libro y ahora por fin está terminado y creo que lo voy a publicar.

En principio, mi viejo me va a prestar la guita y yo se la voy a devolver cuando venda ejemplares.

Walter, poeta al que admiro, me dice que le gustó el libro y que le hace acordar a algunas cosas de Mercedes Roffé, poeta que no conocía pero entré a google a buscarla y me gustó.

Así que es real. Es algo concreto. Ya no más en el aire.

Pasará al papel, creo que en Huesos de Jibia.

Ay, ay, ay, tengo el fetiche del papel.

El detalle, el pulido, la edición, es lo de menos.

Lo único que me importa en este momento es que quizá para julio, o agosto, tendré mi primer libro.