lunes, julio 07, 2008

La fusión como el arte posible

Cuando los españoles conquistaron América construyeron las iglesias sobre los cimientos de los templos precolombinos. Es cómo si hubiesen intentado capturar la devoción que sentían los pobladores por sus dioses y trasladarla al dios cristiano. Por eso todavía, en ciertos pueblos de México y Guatemala se puede ver cómo los indígenas rezan en el piso de las iglesias, ya que allí estaban enterrados sus dioses.

Es una imagen muy fuerte ver esto.

Y también lo es, aunque de distinta forma, ver a las princesas de Disney (Blancanieves, Cenicienta, Jasmine, La sirenita) con un sólo ojo, como si estuviesen dialogando con los cíclopes griegos de la época de Ulises. Obliga a reflexionar sobre los significados de la mitología, por ejemplo. Ya la sirenita es una leyenda danesa que creó Hans Christian Andersen y Disney la "suavizó" para venderla como merchandizing infantil entonces convertirla en un cíclope es dar otra vuelta de tuerca a esa "utilización del mito".

Y a mí me fascina el uso de los mitos.
Como contaba acá no hace tanto...


Por eso me gustaba la figura del buda tailandés con la máscara de Darh Vader.
Como decía Habermas: “la integración de distintos discursos es propia de la cultura contemporánea”.
Esto lo analizábamos con Vale en Star Wars: Fusión y
arquetipo.

Se podría definir como Arte Pop, pero no creo que sea Arte Pop.
El británico Richard Hamilton había definido al pop como un arte "popular, pasajero, prescindible, barato, producido en masa, joven, ingenioso, provocativo, con truco, elegante y un gran negocio" y en esta muestra creo q no estamos tan cerca del Pop sino de otra cosa, algo que nos remite directamente a pensar en las condiciones de producción no solo de cada obra en sí misma, sino que, como lo señala Claudio Iglesias en esta nota, "Peppermint Candy pone en escena la relación entre estos procesos y la corporización de una escena artística desde la lejanía con respecto a los centros de consagración, el vínculo con la historia local y con la cultura global, así como el diálogo con eso que todavía llamamos arte contemporáneo: el arte de las bienales, los museos multinacionales y las ferias, ese conjunto de lenguajes que a veces parece un repertorio de tics estandarizado y poco dinámico, pero con el cual los artistas de esta muestra establecen relaciones intensas de aprendizaje, voracidad y burla."
Aunque la imagen de los budas con las máscaras roce el imaginario kitsch. ¿O no?